mayo 12, 2007

Borrador para una nueva social democracia

La sociedad occidental se encuentra en un momento crítico. Se enfrenta con varios problemas de gran importancia, y del modo de afrontarlos depende el futuro de la humanidad.
  1. Abastecimiento energético. Es necesario mejorar la calidad de la enseñanza e investigación para que la tecnología permita aprovechar la energía de fusión o encontrar otra fuente renovable y limpia, cuanto antes.
  2. Retroceso en las libertades y derechos del ciudadano. Las masas han dejado de luchar por sus derechos y piensan en el otro. Sale más gente a la calle en contra de cosas que no le afectan (guerra, terrorismo) que por lo que le afecta directamente (vivienda, trabajo). Como consecuencia, los gobiernos se hacen más conservadores y se erigen en garantes de la seguridad. La democracia adopta características fascistas.
  3. Pérdida de valores morales. No importa lo bueno, sino lo conveniente. Hasta la persona más ingenua se puede convertir en un especulador. Robar a uno está mal visto, pero robar a todos no.
  4. Desprestigio de la cultura y prestigio de la incultura. Para comprobarlo, no hay más que encender la televisión.
  5. Propaganda. Los nazis hicieron un daño terrible a la humanidad. Pero no estoy pensando en el genocidio, sino en su invento más peligroso. La propaganda manipuladora ideada por Goebbles se emplea en el marketing y en las campañas electorales. Al leer los once principios de la propaganda, se observa con claridad que se aplican hoy día continuamente.
Para afrontar estos problemas hay que promover un movimiento popular, más apasionado que intelectual, que genere en los ciudadanos la voluntad de luchar por sí mismos y no por otros y contra los que les vendan los ojos -los poderes fácticos actuales. Oratoria potente y directa. Sin verborrea vana. Con lemas descarnados. El pueblo necesita un líder que les enseñe a no necesitar un líder.

El objetivo es crear una sociedad que destierre la exclusión social y que fomente que los ciudadanos piensen en los aspectos realmente importantes: moral, felicidad, cultura, arte y no en banalidades prosaicas como hipotecas o subidas y bajadas de la bolsa.
Creemos una sociedad con tiempo para pensar, con tiempo para conocerse a sí misma.
Creemos en un Estado que respete a sus ciudadanos, que los tenga en alta consideración.