noviembre 29, 2018

Prohibiciones por la libertad

Prohibida la educación concertada porque quiero ser libre para aprender.

Prohibida la sanidad privada porque quiero ser libre para curarme.

Prohibido maltratar animales porque quiero ser libre para comer carne.

Prohibidas las apuestas porque quiero ser libre para jugar.

Prohibido prostituirse porque quiero ser libre para gozar.

Prohibido el binarismo porque quiero ser libre para definirme.

Prohibido contaminar porque quiero ser libre para respirar, comer y beber.

Prohibidas las empresas farmacéuticas porque quiero ser libre para disponer de medicamentos.

Prohibidas las multinacionales porque quiero ser libre para elegir quién me gobierna.

Prohibido el mercado libre de trabajo porque quiero ser libre para trabajar.

Prohibidos el capitalismo y el fascismo, porque quiero ser libre.

agosto 04, 2018

Podemas

Según el Artículo 14 de la Constitución (con la que discrepo en muchas cosas, pero no en dicho artículo), todos los españoles son iguales ante la ley. No puede prevalecer discriminación alguna por razón, entre otras condiciones, de sexo.
Desde hace unas semanas estamos asistiendo a proyectos de leyes claramente discriminatorias para el sexo masculino. La primera fue hace ya años, la llamada "ley contra la violencia de género", que otorga una serie de derechos a las mujeres víctimas de "violencia de género", o, más exactamente, maltratatadas , pero se olvida de los hombres maltratados. No he estudiado Derecho, pero artículos como el que sigue, me parecen abiertamente anticonstitucionales:
"
   Artículo 17. Garantía de los derechos de las víctimas.
   1. Todas las mujeres víctimas de violencia de género, con independencia de su origen, religión o cualquier otra condición o        circunstancia personal o social, tienen garantizados los derechos reconocidos en esta Ley.
   [...]
Quiero dejar muy claro que me parece perfecto que las mujeres maltratadas tengan los citados derechos, pero yo cambiaría la palabra «mujeres» por «personas». Argumentos como «hay estadísticamente más maltratadas que maltratados» o «las mujeres por lo general son más débiles físicamente» ni siquiera deberían ser tenidos en cuenta, en virtud del mencionado Artículo 14, pero incluso sin él, resultan ridículos y profundamente sexistas, en mi opinión.
La cuestión estadística podríamos aplicarla a otros ámbitos para ilustrar lo ridícula que resulta. ¿Sería concebible una ley específica contra atracos a joyerías debido a que las joyerías sufren más atracos que otras tiendas? ¿Y qué tal una ley contra los incendios de bosques de pinos?
El argumento sobre la debilidad física de las mujeres tampoco se sostiene. Para empezar, no todo maltrato es físico. También existen los insultos y vejaciones. Y para continuar, en una pareja, no siempre la mujer es más débil. De hecho, en muchas parejas no hay mujer.
Los proyectos de ley de los que hablaba eran concretamente la penalización de los piropos por la calle a las mujeres y la necesidad del consentimiento verbal explícito de la mujer para el inicio de una relación sexual.
Sobre los piropos: personalmente, considero que hacer comentarios sobre el aspecto físico de una persona a la que no se conoce de nada es una falta de educación que resulta ofensiva. Pero a mí, varón hasta la fecha, también me resulta ofensiva. A mí tampoco me gustaría que me piropeasen por la calle unas personas que no me conocen de nada. Y esa ley (en proyecto) no me protege a mí, y la única razón de que no me proteja es que soy varón.
Sobre el consentimiento verbal explícito: el ridículo absoluto. Me imagino a una pareja heterosexual, en la cama, listos para hacer el amor y que el varón tenga que preguntar siempre, como si fuera un ritual para bendecir la mesa, «¿Cariño, deseas tener una relación sexual conmigo?». Y ahora me imagino que un día, la mujer, amparada por esa ley discriminatoria que sólo la protege a ella, va a la comisaría a denunciar que ella no dijo «Sí». ¿Tendrá que demostrarlo? ¿Tendrá que demostrar el varón que sí lo dijo? ¿Cómo? ¿Quizá haya que grabarlo con una Reflex? ¿O hacerlo ante notario?

julio 28, 2018

China, la esperanza de la humanidad

No me gusta China. Ni su régimen político, ni su economía, ni sus productos de obsolescencia no programada, ni siquiera su clima. Los rollitos de primavera, ignorante de sus ingredientes, opino que se dejan comer.

Pero ante la Pax Americana y su decadencia, obvia casi desde el minuto uno, es necesario un contrapeso, un telón de acero, unos almohades, unos godos.

La guerra comercial EEUU - China subirá el precio de los móviles, de los Smartloquesea, de las bolsas de plástico, del éxito de ventas del año (los cables USB) y de otros objetos que hoy día se han ganado su puesto con el pan, la leche y los huevos, entre los productos de primera necesidad. Malo hoy, bueno para mañana.

Porque todo imperio pacificador, unificador y dominante debe tener sus bárbaros para que la humanidad no se acomode en un estancamiento decadente que convierta la inversión para la innovación en un gasto sin beneficio.

Así que, sí, dejemos que Xi Jinping y Donald Trump hagan su peleíta a lo Nixon y Jruschev y que las empresas de sus respectivos feudos compitan y hagan algo que conmueva a la humanidad. Lo de llegar a la Luna estuvo bien. Con  7 gigahabitantes en este mundo y subiendo, ¿para cuando la terraformación de Marte?