junio 28, 2011

Y vuelvo a decir "digo"

Desde aquí quiero expresar mi progresiva y ya profunda decepción por el llamado "movimiento 15M". No sólo dicho movimiento, sino el género humano ha demostrado una vez más sus méritos para recibir improperios.

En primer lugar, y como nota más o menos humorística, llamar a eso "movimiento" resulta bastante ridículo, teniendo en cuenta que llevan semanas sin hacer absolutamente nada.
La enfermiza obsesión por una organización horizontal, asamblearia, abierta, etc. ha dado como resultado el caos.
Me viene a la cabeza la película La vida de Brian y su escena en la que, ante la necesidad de una decisión rápida, el Frente Popular de Judea (o algo así) no hace más que debatir vanamente, es decir, perder el tiempo.
El Movimiento 15M no hace nada. Nada en absoluto. Nada ha cambiado ni nada va a cambiar, salvo que un buen porcentaje de personas críticas con el sistema ahora están anuladas. Estamos peor que antes.
Me viene también a la cabeza el conocido ejemplo de las ovejas y los lobos: las ovejas se unen para rebelarse de una vez contra los lobos. "¡Hey, chicas! Para que todo esto sea muy democrático, no sólo vamos a dejar que los lobos nos vean, sino que además, no pondremos ninguna traba en contra de que vayan disfrazados de oveja y voten en nuestras asambleas. ¡Genial!"
El lobo disfrazado -o uno de ellos- parece ser un tal Enrique Dans, que tiene un blog y todo (no, no pinchéis, me niego a enlazar esa cosa aquí). Ya que él es tan pacífico y democrático, me abstendré de insultarlo. Pero vaya, es accionista, o eso es lo que dice su CV. O sea, que se ha dedicado a comprar papelitos y venderlos más caros, todo un servicio impagable a la sociedad. Sí, señores, un accionista de "profesión" apoyando el 15M y criticando a los banqueros y a los corruptos. Lo que hay que ver.