marzo 24, 2011

Seis razones para invertir en bolsa

1) Porque así puedes ganar dinero sin hacer nada, dinero que ha salido del trabajo de quien no puede hacer otra cosa para comer.

2) Porque así prestas tu dinero a una gran empresa, y así ella podrá producir más, consumiendo más recursos naturales y empobreciendo más a la clase obrera.

3) Porque así colaboras en que los modelos económicos funcionen, ya que éstos suponen que tú no piensas en otra cosa que no sea optimizar tus beneficios, partiéndote la cara con el resto del mundo para obtener más que nadie.

4) Porque así tú ganas con el sistema y el sistema gana contigo. De otra manera, el sistema te aplastaría como a un gusano.

5) Porque así empezarás a no necesitar a papá Estado, que no hace más que molestarte con sus impuestos, que se despilfarran en pagarle el colegio y el médico a los desharrapados.

6) Y sobre todo, porque hablar con tus colegas de lo bien que te fue invirtiendo en Chupatintas & Co. da mucha imagen corporativa. Y por supuesto, crea sinergias.

marzo 22, 2011

¿Amenaza o hecho?

¡Cuidado, féminas!
Parece que Movistar quiere ablaros. ¡Vigilad vuestros clítoris!
¡No dejéis que se os acerque ningún teléfono con una M rara dibujada!
¡¡Y por supuesto, no lo uséis como vibrador!!

marzo 21, 2011

La logística mental en la guerra mediática

Cualquiera con unos mínimos conocimientos de estrategia sabe que cuando en una guerra un frente avanza, es necesario mantenerlo en contacto con su fuente de recursos. En caso contrario, la fuerza defensiva rodeará al invasor y lo matará de hambre. Así les ocurrió a las tropas alemanas en la batalla de Stalingrado (como se ilustra en la película homónima).

Todo esto viene a cuento del siguiente titular de El Mundo, del 21 de Marzo de 2011: "La Liga Árabe acusa a los aliados de matar civiles".

Dicho titular me resultó sorprendente, ya que parece estar en contra de la invasión de la OTAN. Pero tras reflexionar un momento llegué a la conclusión de que el lector típico de El Mundo da por sentado que las acusaciones que pueda sostener la Liga Árabe serán falsas y malintencionadas.

Es decir, el titular no pretende poner en duda la legitimidad de la invasión, sino abundar en que cualquier dirigente u organización que provenga del mundo musulmán es malvado, mentiroso y otro montón de cosas terribles. Sin embargo, el objetivo del titular falla estrepitosamente ante cualquiera no ya que esté en contra de la invasión, sino que al menos mantenga sus dudas.

¿Por qué El Mundo se puede permitir un titular así? Porque su frente mediático, su doctrina, ha llegado muy lejos. Debería haber sido sorprendente encontrar nazis en Stalingrado, pero el frente llegó muy lejos. La logística mediática en este caso se mantiene con una propaganda devastadora, llena de mentiras y exageraciones sobre los países de cultura árabe y magrebí, sin la cual titulares como este deberían ser más propios de medios de contrainformación de izquierdas.

En este caso la logística se corta de una forma muy sencilla. Basta apagar la televisión para siempre y entender que la función de cualquier medio masivo, como gran empresa que es, es ganar dinero y mantener el sistema capitalista, su hábitat natural. Que su vocación sea dar una información veraz ya no debería creérselo nadie.

marzo 13, 2011

El método científico

Dos científicos observan a través de una vitrina de cristal rojo unas cuantas hileras de libros que aparentan sostenerse en el aire.
El primero, que se atiene únicamente a lo que observa, mide las distancias y los ángulos que forman los libros, observa el orden de sus títulos, su grosor y hace estadísticas. Con una aproximación por mínimos cuadrados construye una función que describe aproximadamente su orden y colocación y hace predicciones. Él mismo intenta colocar libros siguiendo el modelo recién creado, pero se caen uno tras otro. Como esos libros no cumplen su modelo, deduce que son libros falsos e irracionales, y los quema sistemáticamente. Su investigación está financiada por una compañía mediática que prefiere que las gentes vean la televisión en vez de leer, por lo que da publicidad a los grandes descubrimientos, fruto de su mecenazgo, e insta a destruir todo aquel libro que, al intentar ser colocado en la forma predicha por el modelo, en vez de sostenerse en el aire, se caiga. El número de libros en el mundo se reduce a la mitad en pocas semanas.
El segundo, tras una corta reflexión, deduce que, aunque no puede verla, lo que sostiene a los libros de la vitrina es una estantería roja, oculta por el cristal del mismo color. Pero nadie le hizo caso. Su estantería no es más que un invento. Una conspiranoia.

marzo 05, 2011

Sobre la revolución libia y el tute.

Después de leer esto, esto y esto;
después de leer en El Mundo (un conocido diario anti-sistema, como todos sabéis) que los "desharrapados" rebeldes libios portaban metralletas, cohetes antitanque y artillería antiaérea;
después de resaltar estos hechos ante un grupo de compañeros de trabajo a los que se le supone un mínimo de inteligencia y cultura bastante por encima de la media, y que hagan caso omiso, concluyo:
El que aún no ha visto que todo esto de Libia es un tongo para rapiñar el petróleo y cualquier otro recurso material o geoestratégico que pueda tener el país, es que no quiere verlo.

Por tanto, me abstengo de argumentar nada, y paso a explicar las reglas del tute, lo que podrá ser útil a mucha más gente:

-Se juega con una baraja española de 40 cartas.
-Pueden jugar 4 o 5 jugadores, aunque hay otras modalidades para 2 y 3 jugadores.
-El as vale 11 puntos, el tres 10 puntos, el rey 4 puntos, el caballo 3 y la sota 2. El resto de las cartas valen 0, pero el siete se considera más alto que el seis, el seis que el cinco, etc., hasta el dos (saltándose el tres, que vale 10, como ya hemos dicho).
-Se reparten todas las cartas; la última ha de mostrarse, pues marca "el pinte". Todas las cartas de ese palo se consideran "triunfos", incluida, evidentemente, la propia carta mostrada.
-El jugador a la derecha del que ha repartido comienza el juego. Debe poner una carta boca arriba en la mesa, y los demás van haciendo lo mismo, en orden hacia la derecha. El primero en poner carta puede jugar lo que desee, pero los demás deben seguir la siguiente regla:
  • Si tiene alguna carta del mismo palo que la primera que se ha jugado y que supere a todas las que haya en mesa debe jugarla.
  • Si no, y si tiene alguna carta del mismo palo que la primera que se ha jugado, supere o no a las que haya en mesa, debe jugarla.
  • Si no, y si tiene algún triunfo que supere a todos los triunfos que haya ya en mesa, debe jugarlo.
  • En otro caso, puede jugar lo que quiera.
  • En cualquier caso, si tiene varias cartas que cumplan la condición exigida, puede elegir la que quiera.
  • Es responsabilidad del resto de los jugadores controlar que no haga trampas y respete las reglas descritas. Téngase en cuenta que en ningún momento del juego se roban cartas.

Un triunfo supera a cualquier carta, salvo los triunfos más altos que ella. El resto de las cartas sólo supera a las cartas más bajas del mismo palo.
El ganador de la baza, por tanto, es el que haya lanzado el triunfo más alto, y si nadie ha lanzado triunfos, el que haya lanzado la carta más alta del mismo palo que la primera.
El ganador de la baza guarda la baza completa (es decir, las cartas que haya boca arriba en la mesa) en un montón a su lado y boca abajo, que nadie (ni siquiera él) puede volver a consultar. En ese momento, el ganador de la baza puede hacer cantes:
-Canta 40 si tiene en mano el caballo y el rey del pinte.
-Canta 20 si tiene en mano el caballo y el rey del mismo palo, pero distinto del pinte. Debe especificar el palo.
-Canta "tute" si tiene los cuatro reyes o los cuatro caballos. Con esto gana la partida.
Las 40 y las 20 se sumarán a su puntuación.
Sólo se puede hacer un cante por baza.

-Después, el ganador de la baza comienza el juego de nuevo, lanzando una carta boca arriba a la mesa, y los demás, hacia la derecha, van respondiendo como ya se ha descrito.
-Eventualmente, llegará la última baza, en la que todos los jugadores se quedan sin cartas en la mano. El ganador de esta baza tiene 10 puntos más.
-Termina el juego, y cada jugador debe sumar la puntuación de las cartas obtenidas en sus bazas, y sumarle, si procede, los cantes y la bonificación por la última baza. Gana el que tiene mayor puntuación.

Si se juega otra partida, suele repartir el jugador a la derecha del que repartió la vez anterior.