marzo 13, 2011

El método científico

Dos científicos observan a través de una vitrina de cristal rojo unas cuantas hileras de libros que aparentan sostenerse en el aire.
El primero, que se atiene únicamente a lo que observa, mide las distancias y los ángulos que forman los libros, observa el orden de sus títulos, su grosor y hace estadísticas. Con una aproximación por mínimos cuadrados construye una función que describe aproximadamente su orden y colocación y hace predicciones. Él mismo intenta colocar libros siguiendo el modelo recién creado, pero se caen uno tras otro. Como esos libros no cumplen su modelo, deduce que son libros falsos e irracionales, y los quema sistemáticamente. Su investigación está financiada por una compañía mediática que prefiere que las gentes vean la televisión en vez de leer, por lo que da publicidad a los grandes descubrimientos, fruto de su mecenazgo, e insta a destruir todo aquel libro que, al intentar ser colocado en la forma predicha por el modelo, en vez de sostenerse en el aire, se caiga. El número de libros en el mundo se reduce a la mitad en pocas semanas.
El segundo, tras una corta reflexión, deduce que, aunque no puede verla, lo que sostiene a los libros de la vitrina es una estantería roja, oculta por el cristal del mismo color. Pero nadie le hizo caso. Su estantería no es más que un invento. Una conspiranoia.

2 comentarios:

Dizdira Zalakain dijo...

Una parábola magnífica por su forma y por su "moraleja." Ahora bien, soy pesimista. Te adelanto cinco posibles reacciones, dependiendo del tipo de lector:
1-El lector de Car&Driver:
Osea, que al final se demuestra que la ciencia no sirve para nada y que todos los científicos son unos conspiranoicos ¿no?
2-El lector de Más Allá:
Por fin alguien demuestra científicamente que los Illuminati nos han controlado desde siempre: Imhotep fue el primer Illuminati, y Obama el último.
3-El lector de El País:
Quemar libros es algo antidemocrático. Tolerancia cero al oscurantismo y a la inquisición.
4-El lector de Quo:
Es que el científico del ejemplo es un manta: tendría que haber tenido en cuenta el teorema de Gauss-Odstrogadsky.
5-El lector de mogollón de libros y que sabe mogollón: tanto que está de vuelta de todo y ya no necesita leer nada que no sean cosas de humor inteligente, a ser posible en inglés:
Un gobierno que no sea islamista, comunista o medieval nunca quemaría libros porque lógicamente, lo que quieren es que haya gente culta, porque si no ¿quién iba a dirigir las empresas o a pilotar aviones?

AJotAtxe dijo...

A dichos lectores les recomiendo que se lean mi explicación de las reglas del tute, mucho más interesante para ellos.
Incluso si ya saben jugar, pueden imprimirla y llavársela a sus reuniones de amigos, para enseñar a quien aún no sepa.
Aun así, quizá convenga aclarar lo que quiero decir con mi artículo, para evitar posibles malinterpretaciones.
El marxismo, entendido como modelo científico para explicar y predecir los movimientos económicos y la historia, ha sido ignorado con diversas excusas (aunque con un solo motivo). En economía hoy día se usan unos modelos basados en estadísticas y aproximaciones, que pretenden extrapolar el comportamiento de unas pocas economías pasadas para predecir si Pedruscosa & Miller ltd. va a subir o a bajar en la bolsa.
Como dichos modelos económicos son perfectamente inútiles (ya que no indagan en absoluto en las causas de que la muestra estudiada siga ese modelo y no otro), los pequeños economistas que, inocentemente, se han creído lo que les han enseñado en la Universidad, se hunden y son eliminados como posible competencia (estos en mi metáfora son representados por los libros quemados).
Marx y algunos otros economistas modernos que siguen correctamente el método científico descubren "la estantería roja", una explicación simple y verdaderamente útil, pero como es natural, no pueden probar su existencia, así como Newton no pudo explicar la existencia de la gravedad ni Descartes encontró en ningún lugar del universo unos ejes X, Y, Z.
"Curiosamente", los economistas que siguen el método científico, son ignorados sistemáticamente, porque los planetas cuyos movimientos explican no son otra cosa que los psicópatas que nos dirigen, que se ven así retratados.