junio 24, 2009

Falacia

Expongo ahora que las declaraciones de la ahora Portavoz del Grupo Parlamentario Popular acerca del artículo publicado en el diario Gara "La prosa y la política", de Alfonso Sastre contienen parcialmente oculta una falacia.
Concretamente, esta señora se refería a la idea de que si no se emplea una vía de negociación para resolver el conflicto vasco, habrá tiempos de mucho dolor; y afirma que expresar esta opinión públicamente es una amenaza.
Tras consultar el diccionario de la R.A.E. y el código penal, no me cabe la menor duda de que el delito de amenazas sólo se da cuando el que anuncia el mal y el responsable de éste son la misma persona, y en un caso más que aclaro más abajo.
Por ejemplo, imaginemos que alguien expresa que si no se emplean medios suficientes para apagar un incendio forestal, éste podría causar daños graves o incluso la muerte a personas que vivan en poblaciones cercanas. ¿Sería esto una amenaza? Evidentemente no, salvo en el extraño caso de que sea él mismo el que haya provocado el fuego para obligar a acudir a los bomberos, quién sabe con qué oscuro fin.
Pasemos ahora al caso que nos ocupa. Para poder afirmar que Alfonso Sastre ha cometido un delito de amenazas, habría que probar primero que él tiene intención manifiesta de provocar el dolor que augura, o de colaborar de un modo directo en él. Esto no se ha hecho, luego lo dicho en el artículo no es una amenaza.
Como mejor aproximación a lo que presumiblemente quería decir la Portavoz, podemos citar el apartado 2 del artículo 170 del Código Penal (las aclaraciones entre corchetes están extraídas del apartado 1):
2. Serán castigados con la pena de prisión de seis meses a dos años, los que, con la misma finalidad [atemorizar a los habitantes de una población, grupo étnico, cultural o religioso, o colectivo social o profesional, o a cualquier otro grupo de personas] y gravedad [la necesaria para conseguirlo], reclamen públicamente la comisión de acciones violentas por parte de bandas armadas, organizaciones o grupos terroristas.
Si alguien se molesta en leerse el artículo de Sastre, podrá observar con claridad que en él expresa varias veces claramente el deseo de que finalice el conflicto vasco. Es de suponer que el conflicto vasco incluye los atentados de ETA.
Por tanto queda claro que Sastre no reclama la comisión de ninguna acción violenta, sino que la anuncia, como un mal que él no está en condiciones de evitar.

Como opinión personal -hasta ahora he pretendido que la entrada fuera escrupulosamente objetiva- quiero añadir que me parece repugnante que un partido político pueda calumniar impunemente a otro.

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