mayo 08, 2009

Propaganda

El cáncer de la Humanidad es la propaganda.
El anuncio taladra los cráneos, y se introduce en los cerebros como una sanguijuela.
El anuncio es el culpable de que las empresas mediáticas, incluida la pública, se dejen llevar para diseñar su programación por criterios tan elevados como la tasa de audiencia.
El anuncio hace que las empresas que llegan alto se blinden ahí arriba y no se dejen conquistar. Si hay algo bueno en el capitalismo, la libre competencia, el anuncio lo machaca.
El anuncio carece de razonamientos. Es peor que un cura dando una homilía.
El anuncio atonta y fomenta la tontura.
El anuncio le pone un lacito, aplica colorete y pulveriza perfume sobre la hez fecal que es el capitalismo.
El anuncio es un ser molesto e idiota, como un niño malcriado: necesita ser visto. Dice "mírame mírame mírame" y no calla hasta que lo miras.
El anuncio hace que todo se convierta en anuncio. Libros con portadas absurdas, con títulos absurdos, con autores fotogénicos.
El anuncio es la cal de un sepulcro blanqueado.

Quiero información, no propaganda.

2 comentarios:

AJotAtxe dijo...

Nando Quintana dijo:

Me gusta :-)

Internet está provocando ese tipo de comunión entre publicidad e información. Aunque... peligroso matrimonio. ¿Nos hará, también, perder la confianza en la información?

AJotAtxe dijo...

Lo cierto es que, desgraciadamente, ese "matrimonio", como lo llamas, es mucho más antiguo que internet. Estaba pensando, más bien, en la publicidad de la televisión, que es un medio férreamente controlado por el poder.

Gracias por participar.